La mezcla de tradicion y modernidad, banyada con un no entender ni una palabra, desorienta a cualquier aspirante a viajero. Sin duda me gusta. Me encanta, pero creo que nunca conseguiria entenderla en 20 dias. La hospitalidad es abrumadora. Cada vez que un turco te dirige la palabra, te sobreviene la sensacion de que solo quieren de ti el dinero. Pero despues de no haber gastado ni un euro, el buen hombre (porque todo son hombres aqui) sigue invitandote a te y ofreciendote su mejor conversacion en su mejor ingles.
De hecho es tanta la hospitalidad que manyana dejamos el hostal (el tercero en cinco dias, pero eso es otra histoira) para ir a la casa de un panadero que conocimos en la parte asiatica hace dos dias. El hombre, trabajador y buena persona no habla nada de ingles, pero es lahas (un grupo etnico del norte de Turquia), socialista y tiene un hijo de nuestra edad que esta aprendiendo ingles y nos hace de interprete. Manyana esperamos agradecerles su hospitalidad con algo de cocina espanyola. El Edu y la Ju cocinando. Casi na!
Despues de unos dias alli el plan es irnos con un chaval de aqui a Kiyikoy, un pueblo de 250 habitantes en la costa a tres horas al norte de Estambul, a dormir en la playa, a comer de barbacoa y a tomar te (como no).
Veremos que tal la experiencia