Asambleas de Parados y los Planes de Okupación
Hace ya más de un año escuché a un amigo de Decreixement proponer la convocatoria de asambleas de parados para facilitar que surgieran grupos de autoempleo y autoproducción basados en el apoyo mutuo y la okupación de tierras en desuso.
Pongamos que en el norte de Alicante (donde tengo entendido que hay un 40% de paro), se juntan todas las familias afectadas por el paro. Hay una gran probabilidad de que las necesidades de cada una de esas familias pueda ser cubierta con las habilidades de algún otro miembro del grupo. Lo único que falta para que ese intercambio se produzca es el dinero, la liquidez para que uno pueda pagar los servicios o productos del otro.
Pero el dinero no es más que una herramienta basada en la confianza que hace más fácil realizar intercambios. Si las necesidades y el talento están allí (que es lo realmente importante), es ridiculo no buscar otras vías que permitan a la gente efectuar esos mismos intercambios. Las asambleas de parados podrían ser una posible vía.
A través de ellas, los parados se organizan y crean su propio plan de okupación. Entre todos acuerdan el tiempo que se dedicará a trabajar para los demás. Los que no tengas habilidades especiales podrían siempre dedicarse a la agricultura o alguna forma de ganadería.
El único recurso ajeno al grupo sería la tierra para esa agricultura, y es por eso que los planes de okupación se escriben con K. En las ciudades no faltan tierras abandonadas, descampados y terrazas donde empezar a cultivar. La tierra para el que la trabaja… ¿no era así?
Artículos como este: “La asamblea de parados de Casería de Montijo devuelve la ilusión a 45 familias” me despiertan la esperanza de que algo bueno puede salir de esta crisis.