Un poquito de por favor!!

No me hace falta ni leer algunas de las cosas que escribo en este blog, conforme las estoy escribiendo ya no me reconozco. ‘Vaya tio cursi!!’ diría de mi mismo si no supiese quien ese el autor.

No sé si a vosotros os pasará lo mismo, pero por si acaso, ahí va una explicación.

Uno esta de viaje. Un montón de meses (bueno, dos) y sólo se sienta a escribir de vez en cuando y no precisamente en los momentos de mayor lucidez… entonces llega el momento critico: ‘Que coño cuento yo hoy’

No es que tenga que inventar historias alucinantes, es más bien que hay que escoger y, peor aún, hay que sintetizar lo que escoges. Entonces intentas explicar con palabras como te encuetras, que es lo que sientes… y al final se queda en un esbozo que ni te gusta ni te deja de gustar, pero que no te da tiempo a revisarlo, porque uno no ha venido a Asia a hacer un taller de narración breve, si no a viajar.

Así que, necesito que os quede claro (para sentirme mejor conmigo mismo) que detrás de ese rollo politico-sentimental que me sale algunas veces sigue estando el Edu, con todas sus virtudes y todos sus defectos, intentando aprovechar el viaje, pasarlo bien y sobrevivir a las anécdotas de cada día.

Lástima que aquí no quepan todos los detalles… más que nada porque, con mi memoria, en un par de meses solo me acordaré de las cosas que tengo en foto.

Para los que no capten los conceptos, aquí van algunos detalles complementarios del post ‘Aquí, mejor que en ningún Lao’

Viaje en bici, sí, de puta madre, sin tener en cuenta la sudada que me he pagado, o que hemos ido al Museo de la Revolución media hora fuera de la ciudad (con calor infernal) para luego arrepentirnos y no entrar porque la información estaba en Lao y no en inglés (cosa que ya sabiamos media hora antes y a la sombra)

Para arreglarlo hemos ido a ver la casa del lider de la revolución (que estaba cerca, menos mal) que supuestamente era gratis. Luego, no era gratis, pero seguia siendo solo una casa, aún así, decidimos entrar… y que?? pues que vimos solo un despacho, porque la mitad de la casa estaba cerrada por reformas (a pesar de que ya no vive nadie allí) Y encima, pagando.

La sauna la verdad es que fue toda una experiencia (y buena) Pero era más pequeña que un ascensor (bueno, un poco más profunda) Solo cabian seis personas, pero estaba siempre llena. Y yo, sudando otra vez (aunque esta vez era normal.

Por último la barbacoa. Un éxito, pero solo a partir de que descubrimos que el trozo grande de tocino era para que no se pegara la carne, y no para comer (os juro que estaba bueno) Y yo, adivinais?? Pues eso, sudando.

Para los que me conocen, y para los que no: el Edu de siempre. El Ligre.

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