Las calles grandes son un infierno ‘estilo de calcuta’ (aunque aqui, por lo menos, los tios tiran del carrito en bici) Pero las callejuelas tienen mucho encanto y mucha vida. Por supuesto, no falta alguna que otra moto con su ininterrumpida pitada (si no, esto no seria India).
La ciudad esta llena de templos (de todas las religiones) y los rituales (de todo tipo) se repiten en cada esquina. Las campanas, los cantos y las llamadas al rezo de las mezquitas son la banda sonora diaria.
Aqui las vacas si son sagradas, cosa que tiene mucho encanto. A pesar de eso, las mierdas de vaca siguen siendo mierdas y las calles estan llenas.
Ademas de vacas (cabras, pollos, ratas,…) la ciudad esta plagada de monos. Esto tambien tiene encanto. A menos que seas un vendedor de platanos.